Los Jubilados de Macosa-Alstom, contra la pasividad de Barcelona para retirar el amianto

Jubilados de Macosa-Alstom con una pancarta de protesta contra el amianto / JORDI MARROT

Los Jubilados de Macosa-Alstom, contra la pasividad de Barcelona para retirar el amianto

Los extrabajadores de la compañía exigen el establecimiento de un «calendario de retirada a corto plazo»

Rubén Pacheco 24/01/2022 · 00:00h

Los perjuicios del amianto son popularmente conocidos. Este elemento, que se utilizaba con gran frecuencia en el siglo pasado por sus cualidades en cuanto a material de construcción, está actualmente catalogado como un peligro para la salud pública que se debe evitar y retirar con la mayor celeridad posible. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 125 millones de personas en el mundo están expuestas al amianto, lo que se traduce en 107.000 muertes anuales por cáncer de pulmón, de pleura y asbestosis.

En Barcelona, los Jubilados de Macosa-Alstom han conocido en primera persona este elemento y los riesgos que comporta. La fábrica de Material y Construcciones S.A. (Macosa) en el Poblenou trabajó con este cancerígeno durante décadas en una planta donde se elaboraban, entre otros muchos, elementos para el metro de Barcelona. En los 90, tras la adquisición de la empresa por parte de Alstom, la planta dejó de operar y se trasladó al municipio de Santa Perpètua de Mogoda, emplazamiento que sigue operativo.

En el año 2000, los propios extrabajadores comenzaron a detectar compañeros con afectaciones y registrar fallecimientos por la exposición al amianto. Desde entonces, la lucha de los exempleados para poner fin al amianto en Barcelona y Cataluña no se ha detenido.

PENDIENTES DE SUS COMPAÑEROS

Fábrica de Macosa en Barcelona / AJ BCN

Miguel Moreno, portavoz de Jubilados de Macosa-Alstom, explica que están pendientes «de todo compañero que enferma» para «ayudarlo en todo lo que se pueda», y al mismo tiempo realizan un trabajo de concienciación para que la situación que los extrabajadores están viviendo «no le ocurra a nadie más«.

El exempleado de la compañía afirma que tienen conocimiento de «33 muertos con sentencias judiciales» que lo corroboran, y otros tres en la misma condición jurídica que están enfermos. A éstos se suman los «12» más que disponen de «informes médicos» en los que se confirma que la afectación que sufren es derivada de su trabajo con el amianto.

Moreno explica que Jubilados de Macosa-Alstom lleva a cabo una «campaña desde 2015» para la retirada del amianto en Cataluña, llegando a lograr la recogida de «10.000 firmas» para pedir un censo del amianto existente en Cataluña y revisiones médicas a todos aquellos que han estado expuestos a este elemento.

COMISIÓN CONTRA EL AMIANTO

El portavoz relata que forman parte de la Comisión contra el amianto de la FAVB, creada a raíz de un trabajo conjunto con otros compañeros de la federación en «comisiones de salud». «Trabajamos junto a asociaciones de vecinos de muchos barrios. Participamos en cualquier movimiento, apoyamos y aportamos en la medida de los posible. Nos estamos dedicando mucho a divulgar, queremos explicar nuestra experiencia y las consecuencias de la exposición al amianto», explica.

Moreno destaca la necesidad de actuar de inmediato en algunos emplazamientos, como los centros escolares. «Las escuelas no pueden esperar que haya una ley terminada, hace falta una actuación de carácter inmediato, establecer un calendario de retirada a corto plazo«, asegura tras remarcar que no proceder a la retirada es un «crimen contra la salud de los niños». En este sentido, lamenta la pasividad del Ayuntamiento para actuar contra el amianto en este tipo de casos: «No encontramos un interlocutor con interés suficiente para tratar el problema de una forma seria y responsable«.

Cubierta de amianto en el Baix Guinardó / METRÓPOLI - RP

Respecto a las zonas más castigadas por el amianto en Barcelona, el portavoz señala el distrito de Sant Martí y el barrio de la Sagrada Família. «Hay techos de naves que se han hundido o incendiado y están rotos, como en la calle del Dos de Maig«, incide.

LEY DE ERRADICACIÓN

Moreno explica que Jubilados de Macosa-Alstom está participando en dos comisiones por la retirada del amianto, y apunta que se ha avanzado en la ley de erradicación del mismo pero que ésta aún no está finalizada. Pese a ello, destaca la necesidad de que esta entre en vigor para que exista una legislación que obligue a la retirada de este elemento. «La ley hay que hacerla, es un compromiso de la Generalitat», sentencia.

El próximo 28 de enero, se realizará la presentación de un libro en el que se relata la historia de la fábrica de Macosa en el Poblenou, en la que se tuvo que lidiar con el amianto durante décadas. El acto será abierto al público y sin limitación de aforo, ya que se llevará a cabo ante la Torre de les Aigües del Besòs a las 09.30 horas.

Publicado originalmente en: https://www.metropoliabierta.com/informacion-municipal/jubilados-macosa-alstom-lamentan-pasividad-barcelona-retirar-amianto_48703_102.html

Historia con final feliz con ayuda del personal de Metro de Madrid.

Texto original de Gabriela Costa, publicado en Facebook el 12/1/2022

El lunes, para mí y para mi esposo, fue la aventura más importante de todo nuestro viaje navideño.

Todo comenzó a final de tarde cuando quisimos ir a ver el atardecer en el Templo de Debod en Madrid. Para llegar allá, nos montamos en la línea 10 del Metro de Madrid, nos bajamos en la estación Príncipe Pio y comenzamos nuestra caminata al Templo, llegamos, paseamos un poco por el Templo y luego nos sentamos a ver el atardecer, de repente, mi esposo le dice a mi hijo mayor: Hijo, ¿dónde está tu morral (mochila, maleta)?… en ese instante mi hijo se da cuenta de que su morral no está con él y en consecuencia tampoco está Pingüi, su hijo pingüino de peluche. Yo sabía que lo habíamos dejado en el vagón del tren de la línea 10, en el ajetreo de la salida ni mi hijo ni yo nos dimos cuenta de que se bajó sin él. Creo que ya había pasado cerca de una hora desde ese momento. Entonces en un arranque de desesperación silente de mi parte, les dije que regresáramos a buscarlo al metro. Así que, con esperanzas casi nulas, arrancamos para allá, buscamos la oficina del metro y le explicamos a la chica de atención al usuario lo ocurrido. Mi hijo muy triste le explicaba cómo era su morral y que dentro de él estaba su hijo de peluche, Pingüi. Ella lo escuchó atenta y empezó a llamar a la última estación de la línea 10 (Puerta del Sur) donde le dijeron que aún no habían recibido ningún objeto perdido. La señora nos dio un teléfono del metro para poner el reporte de la perdida. Así que llamamos e hicimos lo propio, reportamos a Pingüi perdido. Ya había pocas esperanzas, mi hijo entre sollozos nos decía que no se regresaba a Colombia sin su hijo de peluche, cuando de repente, la señora recibe una llamada de Puerta del Sur donde acaban de recibir un morral con la descripción dada, ella revisa y sí, está Pingüi en el morral. ¡Era nuestro morral! ¡Apareció! ¡Qué emoción! Así que compramos los billetes para ir a Puerta del Sur, donde recuperamos el morral, a Pingüi y varias cosas de valor monetario (pero nunca tan valiosas como el peluche). La chica del metro que nos estaba esperando en esa estación fue tan amable y diligente como la que nos atendió inicialmente. Mi hijo se reencontró con su hijo de peluche y lo abrazó y besó como lo imaginamos y luego de recorrer completa la línea 10 de sur a norte (31 estaciones), ya estábamos de vuelta en el hotel feliz de estar nuevamente todos juntos en familia y con grandes aprendizajes, que una amiga resumió así:- Debemos tener más cuidado con nuestras pertenencias,- Que todos cometemos errores, – Que la familia está ahí para ayudar en todo,- Que la esperanza no se pierde hasta que se hayan agotado todos los recursos y,- Que en el mundo hay mucha gente buena que está dispuesta a colaborar.